Miedo a la soledad y ¿ahora qué?

No obstante, en el fondo de sí misma una gran tristeza lloraba. Era una opresión interior que le producía una sensación de vacío y oscuridad. Entonces discutió consigo misma: ¿No eres libre acaso?… ¿Cuál había sido su vida desde hacía dos años? Comprendía que todo la había reblandecido y preparado para la pasión: su viudez, su absoluta libertad, su soledad.” Una pagina de amor, Émile Zola

El amor, enamorarse… y de pronto la eterna pregunta ¿Eres correspondid@? Y entonces surgen las dudas, y una cascada de emociones, angustia, tristeza, enfado, rabia, acuden de golpe a tu mente…

Y te preguntas ¿Por qué mis amig@s enamoran más? Y continúan las preguntas ¿Son más atractiv@s, más guap@s?

Y la respuesta es sí y no, no tienen porque ser más guap@s, pero sí que son más atractiv@s, ahora bien el atractivo no está en su físico, está en su ‘sex-appeal’.

¿Y qué es eso del ‘sex-appel’? Algo muy simple ENCANTO…

Si eres una persona con encanto seguro que enamoras fácilmente,…

… y entonces tu suspiras ¡uff! Eso del encanto es algo innato, se tiene o no se tiene. ¡Pues no! Aunque siempre hay unos factores de nacimiento, en la vida todo se aprende. Y el enamoramiento depende de tu capacidad de seducir, sí, de hechizar, de encantar… pero claro está no con malas artes, ya que de este modo no funciona.

Y ahora tú me dirás ‘dame alguna pista’

Si estás cansad@ de estar sol@, si no quieres que tu pareja actual se rompa, si quieres seducir, ten en cuenta estas pequeñas anotaciones. La esencia de una persona seductora es:

  • Comunicación, escucha el doble de lo que hablas, respeta y entiende los silencios.
  • Autoestima, transpira seguridad aunque no soberbia, humildad pero no retraimiento
  • Emociones, entiende sus emociones y las gestiona, pero lo más importante sabe comprender las emociones del otr@
  • Acción, toma la iniciativa, no espera a que cupido lance la flecha, muestra atrevimiento y frescura.
  • Cortejo, se muestra, no se esconde, se acepta, se gusta, pero no se adora y pavonea.

Y por último sabe qué precio está dispuest@ a pagar.

¿Sabes tú que precio estás dispuesto a pagar? Está claro que no me refiero a dinero, sino a tiempo, a dedicación, a comprensión… y otro montón de cosas más, como perder el miedo a la soledad.

Seducir algo tan simple y al mismo tiempo tan difícil como ¡EMOCIONAR!