En el anterior post me centré en la importancia de fijar y vivir el ‘presente’ como modo de reconocerse uno mismo, con todas sus potencialidades y todas sus debilidades, pero al fin y al cabo: YO. Un presente cargado de intensidad, de instantaneidad y, como no, de aceptación de uno mismo y de lo que le rodea, para el disfrute y reconocimiento de lo que uno es y lo que uno desea empezar a cambiar, ya.

Pues bien, en este post voy a continuar en la misma línea, la del descubrimiento del yo, como eje central de nuestra existencia y con el fin último de cada uno (cada YO) sea responsable de su vida, de acuerdo al ‘objetivo supremo’ que ha elegido como guía. Ya sé que es nadar contra corriente, en unos momentos que se enarbolan conceptos como solidaridad y bien común, cuando cualquier atisbo de individualidad es tachado de egoísta y desconsiderado hacia el sufrimiento de los demás. Os lo puedo asegurar, mi concepto de YO va mucho más allá de ese individualismo exacerbado. Simplemente se trata de recuperar la humanidad de cada uno de nosotros, una humanidad caracterizada por nuestra esencia gregaria, pero de reconocimiento de la libertad de vivir cada uno su propia existencia desde su reconocimiento como ser humano.

El tema central del post es el de la belleza entendida como disfrute de lo que se nos ofrece diariamente de un modo espontáneo y la mayoría de las veces de forma gratuita, y que nos gusta  y que identificamos como bueno. Este disfrute de lo bello y lo bueno se merecen que acerquemos conceptos como gratitud (por el disfrute de la belleza), ya que por sí solos, gratitud y  gratuidad llegan a acercarse etimológicamente y emocionalmente.

Estamos inmersos en una dinámica de acción focalizada en el ‘tener’. Yo abogo por focalizar esa acción hacia el ‘ser’, una forma de ‘ser’ preñada de experiencias gratificantes, y ¿por qué no, gratuitas?

¡Te propongo un juego! Disfruta cada día de esta semana de algo bello, que alcance tu idea de ‘belleza’ y al mismo tiempo que sea gratuito.

Parte de esta cita de Guillermo de Conches:

‘La belleza del mundo es todo lo que se manifiesta en sus elementos particulares, como las estrellas en el cielo, los pájaros en el aire, los peces en el agua y los hombres sobre la tierra’.

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Hoy he disfrutado de una lluvia primaveral cayendo lánguidamente sobre las lilas de la fotografía que os ofrezco…y de un arco iris que me ha hechizado y despertado mis emociones.

¡Continuaremos descubriendo entre todos la felicidad en el próximo post!