“4-10-1916

La noche de ayer, noche de tensión y angustia, comparable a la noche de la destrucción del barco… Aumentan el viento y las olas, tuvimos que desembarcar en un viejo témpano aislado y rezar para que permaneciera entero toda la noche. Sin dormir durante cuarenta y ocho horas, mojados y agotados, con una ventisca del NE… no hay tierra a la vista y rezamos para que se termine esta situación abrumadora…”  Diario de Frank Hurley, tripulante del Endurance de la expedición de Shackleton a la Antartida.

Cuando pierdes de vista el  horizonte, cuando tus referencias desaparecen, cuando tu mundo se derrumba, cuando no sabes muy bien quién eres y hacia dónde ir, y ya no te queda ni esperanza… es cuando

Debes parar, descansar. Cuando el cansancio te invade lo único que puede pasar es que cometas errores, que pueden ser peligrosos. Primero hay que reponer fuerzas e ilusión.

Sí, reponerte, lo que significa, también, recuperar tu compostura, dejar de lamentarte.

Y si crees en Dios rezar, para acto seguido entrar en acción.

¿Cómo?

Has realizado acopio de fuerzas, y a continuar luchando, si reconoces tu derrota estás perdid@

Reconocer tus paradigmas, saber si se adecuan a principios éticos correctos, y acto seguido ve a buscar, ¿Lo qué?

Tu mapa mental, aquel que utilizas para ‘navegar’ por la vida. Hacer las correcciones oportunas de destino y camino a seguir, y volver a intentarlo, no queda otra opción. El viaje continua.

Gestionar adecuadamente tus recursos, principalmente tu tiempo. Ejecuta según prioridades, no por urgencias.

Cuando las dificultades aparecen en cascada, cuando te toca vivir el ocaso de una época, cuando los problemas se multiplican, sólo te queda escapar de ellos…

¿Sabes cómo huir de un problema? Resolviéndolo, la mejor manera de escapar de un problema es resolverlo.

Hoy en día se está hablando permanentemente de resiliencia, como la capacidad de soportar y sobreponerse a las dificultades y a los fracasos.

En otros tiempos se llamaba de otra manera: AGALLAS.

Supongo que con el modo de vida pusilánime que hemos adoptado, se nos ha mellado la fortaleza de carácter para superar los obstáculos que se interponen en nuestro camino. No es válida la opción de esquivarlos o rodearlos, siempre estarán ahí.

Lucha por tu presente, lucha por tu futuro, por tu destino, al fin y al cabo lucha por ti.

Vuelve  a contar con agallas y humor para lo que te echen.