Hoy en día estamos viviendo el síndrome del ‘experto’. Es decir toda solución a nuestros problemas pasa por contar con un experto. Experto en finanzas, experto en parejas, experto en alimentación, etc.  Cuando muchas veces el primer paso como te recomendaba en mi anterior post ‘¿Qué problema tienes cuando te levantas?’ pasa por reconocerte a ti mism@. El experto tienes que ser tú.

¿Cuánto tiempo hace que cuando te lavas  por la mañana no te detienes tranquilamente a mirar tu cara?

¿Cuánto tiempo hace que no te miras en un espejo de cuerpo entero?

¿Te has mirado alguna vez, en ese espejo de cuerpo entero, desnud@?

Pues bien como primer paso para solucionar gran parte de tus problemas pasa por reconocerte a ti mism@, y no solo frente al espejo, sino muchas veces a través del espejo, hay que ir en un viaje hacia el interior y encontrar donde reside la energía que impulsa tu cuerpo, mente y te permite sentir las emociones de vivir, buscando sentido a tu vida.

Empieza hoy mismo a conocerte, como mucho tardar mañana ¡Vale la pena! Vas a ganar en autoconfianza, tranquilidad, serenidad y sosiego. Con ello vas a estar más cerca de sentir, notar, tocar la felicidad. No esperes a ver una fotografía y decir, pensar ¡No me gusto! ¿Soy yo? Para solucionar un problema hay que entrar en acción y para ello empieza a utilizar tus sentidos, ¡mírate!

Y recuerda las apariencias engañan. Saca a relucir lo mejor de ti mism@ ¡No lo escondas! ¡No te limites! Rompe tus propias barreras y acércate a los otros.

 

Realmente necesitas disfrazarte para acercarte a los otros

Cuando empieces a conocerte y sepas lo que quieres, que problema quieres superar, entonces ya contratarás a un experto.