Como otras disciplinas dedicadas al ser humano, el coaching plantea sus procesos, demasiadas veces, como superación de creencias limitantes, superación de conflictos, eliminación de miedos y resolución de problemas.

Pero todo proceso de coaching también implica el sacar la grandeza del ser humano.

Cada ser humano tiene las semillas de la grandeza, y de su coach, de su entrenador depende que esas semillas germinen y lleguen a florecer, en la flor de la grandeza.

Para ello, como ya he planteado muchas veces, es imprescindible un proceso de reconocimiento, reconocimiento de tu yo, y como no, también de todos aquellos dones y talentos naturales con los que nos ha dotado la naturaleza. Te propongo unos sencillos pasos para estar preparado para reconocer, disfrutar y sacar toda tu grandeza:

  1. Rinde culto a tu cuerpo,

    • Duerme plácida y tranquilamente. Proponte una cura de sueño. Es el momento del día en el que reparamos y ajustamos todos nuestros sistemas. Es cuando se presentan los sueños más deseados y anhelados. ¡Reconócelos! Si no duermes plácidamente no inicies la activación de tu grandeza, tus fuerzas van a flaquear en el proceso.
    • Limpia tu interior de toxinas y sustancias que alteren el equilibrio de tu cuerpo. Inicia un proceso de ayuno y de dieta saludable. Disfruta de la fruta.
    • Limpia tu exterior. Bebe mucha agua. Hidrátate y que el aire y el sol del invierno acaricien tu piel. Haz ejercicio al aire libre.
  2. Deja fluir tu mente,

    • Limpia y ensalza tu escala de valores. Es aquello que te mantiene en la senda de la grandeza cuando aparecen las dudas y flaquea tu ánimo.
    • Cultiva tu mente, con saberes científicos, aprende a disfrutar de las matemáticas y la lógica, y como no, de las artes. Que el hábito de leer y escuchar música se convierta en diario.
    • Aprende a relajarte. Nada mejor que hacer ejercicios de respiración profunda y de estiramientos. Observa a tu gato. ¿No tienes gato? Lástima. Son seres independientes y libres de los cuales puedes aprender mucho.
  3. Redescubre tus emociones,

    • Aprende a reconocer tus emociones. Averigua cuál es la causa que las desata. Todas son útiles, nos permiten interactuar con el medio y con los otros seres vivos, sobre todo con los humanos.
    • Libérate de emociones toxicas,  y aún más de secuestros emocionales. Las emociones son un proceso lineal, tienen que fluir, no deben convertirse en círculos viciosos y eternos, sobre todo las emociones como la tristeza, el enfado y la ira.
    • Aprende a disfrutar de las emociones. Si también requieren de un proceso de aprendizaje. Aprende a sentir la alegría y a activar la felicidad, como un proceso más. Para sentirla debes activarla y ser consciente de ella.
  4. Reconócete como ser transcendental,

    • Estás aquí por algún motivo, no eres una casualidad. Sé respetuoso con tu vida, eres responsable de tu existencia.
    • Da sentido y significado a cada día.  El tiempo corre, vuela, y es una falta de código ético el no respetarlo.
    • Aprende la acción del agradecimiento. El dar gracias es algo que te engrandece.

Sigue estos pequeños pasos, simples y claros, y amplíalos. Haz una lista cada vez más personalizada, y ¡recuerda! tú estás aquí para reconocer y sacar a relucir tu grandeza, ésta forma parte de la humildad. Y sueña

Después empezó a soñar con la larga playa amarilla y vio el primero de los leones que descendían a ella al anochecer. Y luego vinieron los otros leones. Y él apoyó la barbilla sobre la madera de la proa del barco que allí estaba fondeado sintiendo la vespertina brisa de la tierra y esperando a ver si venían más leones. Y era feliz’. El viejo y el mar. E. Hemingway

Rompe con tu pereza y ponte manos a la obra. El camino que te lleva a la grandeza te hará sentir la felicidad.

No permitas que nadie te arrebate ese don natural.