Siempre lo he dicho, Dios cuando creo el mundo fue bastante tacaño en el momento de repartir dones y talentos, pero se le fue la mano en exceso cuando repartió la razón, a todos nos sobra, y cuando repartió el miedo, todos vamos sobrados de miedos y temores.

El miedo es una respuesta emocional, que tiene un carácter de supervivencia. Nos permite responder de una manera muy rápida a cualquier amenaza o peligro, nos permite pre-ver que puede ocurrir en un futuro de acuerdo a experiencias del pasado y anticipar nuestra respuesta a una posible amenaza. Estos miedos pueden ser innatos, aquel conjunto de respuestas que forman parte del bagaje de la especie, o adquiridos, aquellos que hemos ido sumando al bagaje inicial, de acuerdo a nuestras experiencia y aprendizaje.

Y si el miedo en principio es una respuesta adaptativa y de supervivencia, cuando se convierte en una respuesta exagerada y sobredimensionada puede convertirse en una patología o en una creencia limitante, que va a frenar y lastrar nuestro crecimiento y desarrollo personal, así como una limitación para alcanzar nuestras metas y objetivos en nuestra vida.

Y llegados a este momento me preguntarás ¿Cuáles son esos miedos? La lista puede ser interminable, pero seguro que conoces a alguien que tiene miedo a volar, o que se bloquea cuando debe hablar en público, y ¿quién no se ha bloqueado alguna vez delante de una cámara de video?. Así podríamos continuar casi hasta el infinito.

Para y elabora una pequeña lista de aquellas fobias, temores, miedos que limitan tu pleno desarrollo, e intenta buscar la razón última que hay detrás de esa conducta o respuesta. Esa regresión seguro que te otorga un mayor conocimiento de ti mismo. Te permitirá recuperar Autoconciencia y conocer cuál es el Mapa de tu realidad, aquel que tú utilizas para ‘navegar’ en el día a día. Deja ir esas fobias y miedos, recupera tu valor y rescribe tu Mapa. No permitas que esos secuestros emocionales te impidan crecer, vivir en plenitud y alcanzar la felicidad.