La  preocupación es la excusa perfecta para el inmovilismo, la excusa, la culpabilización de las circunstancias y de los otros. Es una perdida de libertad por cobardía, todo lo demás es disimular la realidad con paños calientes.

¿Realmente te compensa estar preocuapd@? Reconócete, si te estás preocupando en exceso.

La regla es, mermelada mañana, y mermelada ayer… pero nunca mermelada hoy.

Alguna vez tiene que ser “mermelada hoy día”, objeto Alicia”  Alicia en el país de las maravillas, Lewis Carroll.

Algunas pistas para vencer la preocupación:

  • ¿Qué tal vivir tu presente? Ni un exceso de pasado (culpa) ni de futuro (preocupación). Planificar con obsesión tu futuro te producirá ansiedad. Detén tu mente, y disfruta de las sensaciones actuales, saborea tu presente.
  • El mejor remedio contra la preocupación, la acción ¿Cambiará realmente algo con tu preocupación? ¿O será más fácil cambiar algo ‘fabricando la nueva situación? El inmovilismo es la receta mágica para no encontrar nunca la felicidad.
  • Entra en acción mediante el conflicto ¿Cómo? Actúa en contra de lo que te preocupa. ¿La preocupación sobre lo que piensan los demás sobre ti te invade?, pues pregúntales cuál es su opinión sobre ti, así ya lo sabrás y podrás actuar en consecuencia.
  • Haz una lista de preocupaciones pasadas, y verifica si realmente ocurrió lo que habías anticipado, lo más probable es que no, a no ser que tú lo favorecieras.
  • Pregúntate ¿Qué es lo peor que puede suceder, a mí y a los que me rodean? Y las probabilidades que ocurra ¡Que absurdo! Exclamarás sin preocupación.
  • Y lo mejor de todo para abordar la preocupación, ¡Enfréntate de una a tus miedos! El miedo tiene un carácter de alarma y de supervivencia, pero si te secuestra estás perdid@ te va a bloquear.

¡Transforma tu vida! El tiempo corre sin parar, no esperes al mañana para ver que sucede, supera la preocupación y vive hoy con intensidad y humor.

¡Inspírate y entra en acción! La realidad no es como tú crees, hay otras realidades…encuentra las maravillas de tu vida, ¡sí, existen!

¡No tengo ni la menor idea! Pues habrá que descubrirlo…

 

Inspirado por Wayne Dyer.