Cuando el coaching no es el frasco curalotodo

Tampoco la palabreja anglosajona de moda

Ni la varita mágica…

Cuando estás buscando respuestas fáciles, cuando dejas tu futuro en manos del destino, y no digamos si te dejas llevar por la bola de cristal y lo que digan las cartas del Tarot.

Entonces ni el coaching, ni otras nuevas y viejas disciplinas que facilitan tu crecimiento personal son para ti. Tú has abandonado tu poder de decisión a la buena o mala suerte.

Que no te vendan humo,

Indudablemente hay procesos, disciplinas, metodologías que aceleran la consecución de los objetivos que te planteas, y el coaching es uno de ellos. Pero que no se te olvide, si algo quieres, algo tienes que pagar. Ya sea con dinero, con esfuerzo, con sacrificios, con decisiones. O de todo un poco, nada sale gratis.

Seguir un proceso de coaching requiere de entrenamiento y avance, eso sí, acompañado de un profesional que te guiará durante todo el proceso, sobre todo en los momentos más difíciles del mismo. Habrá que elevar tu autoestima, averiguar que es la proactividad y activar tu voluntad independiente.

Esto es lo que tiene que ver el coaching con la salud, el dinero y el amor, activar tu capacidad para hacer que las cosas que quieres sucedan. El seguir un proceso de coaching te facilita, acelera, clarifica el camino a seguir para alcanzar los sueños que pretendes pero que no se te olvide todo tiene un precio, nada de lo que vale la pena sale gratis

Tienes que asumir la capacidad de decisión ¿Y qué es la capacidad de decisión? La valentía de elegir, indudablemente  entre más de una cosa apetecible para ti, la capacidad de superar miedos. El reconocimiento que tu posees tu destino gracias a tu libre albedrio.

  Seguir un proceso de coaching te aporta Visión, Misión y Valores a tu vida, en palabras más sencillas y directas:

Quien eres y que quieres, y lo más importante como quieres conseguirlo.

Y disfrutar de  la vida: ¡Salud, dinero y amor!