‘Alicia no tenía aliento para hablar. Siguieron corriendo en silencio hasta llegar ante una gran multitud, puesta en corro, que contemplaba la lucha del León y el Unicornio. Tal polvareda envolvía a los contendientes  que Alicia no pudo al principio identificarlos,…’  Alicia a través del espejo. L.Carroll

Esa es la permanente lucha en tu mente, corazón y alma (si es que logras encontrarla). De eso se trata de identificar la lucha que tiene lugar en tu interior, y que la polvareda, confusión que levanta no te deja ser tu mism@.

La lucha entre el León, tu realidad cotidiana,  y el Unicornio, tus deseos y sueños más ocultos. Es un enfrentamiento que se produce diariamente en el transcurso del tiempo.

La realidad es dura, agresiva, persistente y los sueños son leves, intangibles, volátiles. ¿Eres feliz? … tracas, cohetes, fanfarrias… ¡Celébralo!, ¿No? ¿Y a qué esperas? Puede que acabe invadiéndote la depresión o la ira.

No pases por la vida de puntillas, ¡Vívela!

Has despertado de un falso sueño y te encuentras con una pesadilla:

  • Redescubre la realidad. No se trata de ser ni pesimista ni optimista, simplemente realista. Te has autoengañado con oropeles y aplausos, que una vez finalizada la función se apagan, y te dejan triste y sol@. Pues crea para ti un proyecto que te ilusione.
  • Igual que hacen las empresas, para saber realmente que eres y si puedes llegar a donde pretendes,  elabora tu DAFO.

  • Analiza con tranquilidad cuales son tus características como ser humano único e irrepetible. Analiza desde la distancia cómo es tu realidad real, no tu ‘mundo’. Para ello posiblemente necesites contar con un buen ‘entrenador’. Inicia un proceso de coaching, seguro que te vale la pena.
  • Redescubre tus auténticos sueños, aquello que realmente deseas y te motivan para perseguir alcanzarlos. Es lo que va más allá y transciende tus límites, permitiéndote ensanchar y alejar tu horizonte.
  • Que realidad, el León, y sueños, el Unicornio, no luchen sino que aúnen sus fuerzas. Alinea tu vida, que tus fantasías lleguen a cumplirse porque tú fabricas las circunstancias.
  • Y ¡para!… y piensa ¿Cómo viviría hoy si fuera el último día de mi vida? No te arrepientas de cómo has vivido cuando llegue el momento.


Te guste más o menos, estamos en unos nuevos tiempos, tiempos de lucha, de resistencia, de valorar lo realmente valioso. Posiblemente nunca hubiéramos tenido que abandonar este escenario.

En el camino está la felicidad.