Rompiendo prejuicios sobre la emocionalidad masculina.

Sinopsis. Entre los muchos prejuicios que nos han sido inculcados, es el de la menor sensibilidad o emocionalidad de los hombres frente a las mujeres. Retornando a la normalidad de las emociones.

Se está generando un nuevo mundo de forma vertiginosa, más bien, en el mundo nunca para el cambio, el mundo, la realidad siempre están en transformación. Expresiones como ‘cambio climático’, ‘cambio de ciclo económico’ ya forman parte del día como si el cambio hubiera aparecido hace unos días, como si el cambio fuera algo nuevo, y su aparición, sin saber por qué, hubiese aparecido para fastidiar nuestro modo de vida .

Cuando el cambio es lo propio de la vida y del mundo, y lo que da sentido a todo ello.

Y ahora estamos viviendo el cambio de la puesta en valor de las emociones, el péndulo va de un extremo al otro, sin emociones parece que no se puede vender, sin emociones parece que no se puede dirigir equipos, sin emociones parece que no se pueden tener relaciones sociales. Y gana impulso el neuromarketing, y otros conceptos de ese estilo. Como si la razón, el intelecto fuera algo confuso, y la fórmula de convertir el plomo en oro por fin hubiese sido encontrado por los nuevos alquimistas, ¿el elemento mágico es? Las emociones.

Pero las emociones siempre han estado ahí, y siempre han formado parte de la vida de los seres humanos, y como no también de los hombres. Y  resulta que ahora los hombres pueden sentir emociones, pueden llorar. Y los hombres siempre han sentido, seguro que con diferencias respecto a las mujeres, y seguro que con diferencias entre los diferentes hombres, la tristeza, la alegría, el miedo, la ira,  formando parte del bagaje de los hombres. Eso sí, algunas de las expresiones de ciertas emociones fueron truncadas de la expresividad de estos, como llorar, y otras fueron exacerbadas y potenciadas con ganas, la manifestación de la ira.

Para que la adaptación al cambio social, económico, profesional que estamos viviendo cuaje con nuevos aires y vitalidad,  permitamos que los hombres también puedan expresar externamente sus emociones.

Permitamos que los hombres también lloren.