‘Siento alegría, me siento triste, me invade la rabia…’

Todas las emociones en principio son buenas, o tienen una razón de ser, te permiten interactuar con tu entorno, con los otros y contigo mismo. Son recursos que dispones para una mejor interacción con tu medio y así favorecer tu supervivencia. Entonces:

¿Por qué algunas emociones se convierten en emociones tóxicas?

Pues porque les das la categoría de estado: ‘estoy triste’ ‘estoy angustiado’ ‘soy miedoso’,… Cuando las emociones hay que sentirlas, son una reacción a un estímulo, algo las inicia y finalizado el estímulo terminan, y además este estimulo debería ser externo. Cuando reaccionas emocionalmente a estímulos que has interiorizado, las emociones ya se convierten en cíclicas y te están secuestrando, ya que estas creando en tu mente estímulos de un modo repetitivo, y  que ya no existen en tu entorno. Por lo tanto cualquier emoción que reprimas o guardes fácilmente se convertirá en tóxica.

El término emoción viene del latín emotĭo,
que significa "movimiento o impulso", "aquello que te mueve hacia
El término tóxico viene del latín toxicus, «veneno». 
El significado proviene de la expresión griega τοξικὸν φάρμακον
(toxikón fármakon),«veneno [para aplicar] en las flechas».

Alguna que otra emoción tóxica que te puede ser familiar: miedo, ansiedad, enojo, envidia, celos, malhumor, preocupación, rabia, ira, etc.

Cuando vives las emociones tóxicas, de alguna forma tu cerebro las reconduce y al final van a parar a algún órgano del cuerpo, enfermándote física y psíquicamente. Tu organismo te avisa de tus emociones tóxicas, aprende a escucharlo.
Las emociones no son ni buenas ni malas, simplemente son energía, y la energía es una fuerza que hay que gastarla o liberarla.

 

¡Déjalas ir! ¡No dejes que te atrapen!

¿Cómo vencer las emociones tóxicas?

Tu hora de preocupaciones. Si sufres emociones tóxicas en exceso es muy útil apartar un tiempo concreto para pensar en esas cosas que te intranquilizan y buscar una solución. Después de ese periodo, olvidarlo todo y centrarte en tu esencia y presente.

Escribir lo que te sucede. Cuando te sientas asediado por una emoción tóxica escríbela sobre un papel y empieza a romper el ciclo. Y si tienes un amig@ háblalo. Es el modo de empezar a externalizar esas emociones tóxicas.

Sueña ¿Cómo? Proporciónate buenas expectativas, dándote un margen de mejora y entrando en acción orientada a la solución del problema que hace saltar la emoción tóxica.

Pequeños bocados. A veces, al querer huir de las emociones tóxicas y de su círculo vicioso, tomas decisiones muy grandes y a la desesperada, intentando cambiar toda tu vida. Cambia tu vida a pequeños mordiscos, trocea tus objetivos, y disfruta del camino.

Aprende a distanciarte y decir no. Para mejorar del acoso de las emociones tóxicas has de saber de dónde vienen las críticas, las opiniones o los pareceres sobre tu vida y decisiones. Aprender a decir no, disponer de unos principios y valores solidos incrementará tu autoestima y te posibilitará apartar a las personas interesadas.

Reírte de ti mism@. La risa es terapéutica porque levanta el sistema inmunológico, porque desdramatiza los hechos y también sirve para alejar a los agresivos. El humor y la risa son las mejores armas contra las relaciones tóxicas, aplícalas para disolver las emociones tóxicas que te provocan personas envenenadas.

Recuerda las emociones no son por naturaleza tóxicas, son revitalizantes.

¡Toma todos los días emociones saludables!