En nuestra civilización hemos conseguido grandes avances y resultados, con el consiguiente disfrute de bienes materiales. Ha sido favorecido por la predominancia de un pensamiento ‘racionalista’, ‘científico’. Cualquier planteamiento, en cualquier de los ámbitos de la vida y el saber, debe ser contrastado empíricamente, debe dar respuesta a una serie de experimentos medibles, es decir, objetivables, numerables. Todo lo demás son conocimientos esotéricos, charlatanería, ‘cháchara’,  y conocimientos no válidos para una ‘súper-civilización’ globalizada e intercomunicada.

¡Pues muy bien! ¿Pero somos felices? ¿Conocemos nuestros sentimientos y emociones? ¿Sabemos interactuar humanamente con los otros? ¿Conocemos algunas de nuestras emociones más intensas y cómo llamarlas? Si la respuesta es ‘Sí’,  ¡enhorabuena!. Eres una persona que disfruta de la esencia de su ser. Si la respuesta es ‘No’, ‘Me parece que sí…’, entonces para, relájate y disfruta un poco de la vida.

Voy a enumerar unas pocas emociones a modo de guía de inicio, aunque de emociones hay tantas como personas y matices demos a nuestras vidas.

Ira: rabia, enojo, resentimiento, furia, exasperación, indignación, acritud, animosidad, irritabilidad, hostilidad y, en caso extremo, odio y violencia.

Tristeza: aflicción, pena, desconsuelo, pesimismo, melancolía, autocompasión, soledad, desaliento, desesperación y, en caso extremo, depresión grave.

Miedo: ansiedad, aprensión, temor, preocupación, consternación, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror y, en caso extremo, fobia y pánico.

Alegría: gozo, tranquilidad, contento, beatitud, deleite, diversión, dignidad, placer sensual, estremecimiento, gratificación, satisfacción, euforia y éxtasis.

Amor: aceptación, cordialidad, confianza, amabilidad, afinidad, devoción, adoración, enamoramiento y ágape.

Sorpresa: sobresalto, asombro, desconcierto, admiración.

Aversión: desprecio, desdén, displicencia, asco, antipatía, disgusto y repugnancia.

Vergüenza: culpa, perplejidad, desazón, remordimiento, humillación, pesar, aflicción.

Esta es una primera aproximación a nuestra riqueza sensorial y pasional como seres humanos.  No rechaces esa riqueza que posees desde el primer día de tu existencia.

Te animo a que amplíes esta lista y la compartas con nosotros. Las emociones son para reconocerlas y compartirlas.