Que unas excesivas expectativas no te arruinen la Navidad.

«¡Oh! cautivo, preso, aherrojado», gimió el fantasma, «¡sin saber que son necesarios años y años de incesante labor de criaturas inmortales para que esta tierra entre en la eternidad después de haber hecho en ella todo el bien que sea posible. Sin saber que todo espíritu cristiano, actuando caritativamente en su pequeña esfera, sea la que sea, se encontrará con que su vida mortal es demasiado breve para sus grandes posibilidades de servicio. Sin saber que ninguna clase de arrepentimiento podrá enmendar la oportunidad perdida en vida! ¡Y ése fui yo! ¡Ay, eso me sucedió!»   Ch.Dickens, ‘Cuento de Navidad’

 No pierdas tu oportunidades de vida ¡Vive cada momento de tu vida!

¡Descálzate! Toca con tus pies desnudos el suelo.

¿Por qué? Principalmente por 2 razones:

Una por humildad, prescinde de lo que te protege. No te escondas  y averigua quien eres desde lo más profundo de tu corazón. No te engañes.

La otra para tocar con tus pies, el suelo frio y duro ¿Para qué?  Para ponerte en contacto con el mundo y tu realidad.  Y no te dejes acobardar por la dureza de la lucha y la frialdad del mundo.

Has estado todo el año cazando tus sueños, y es un momento especial del año. Creas en lo que creas, toca con  los pies en el suelo, y que realmente fijes aquellos sueños que están dentro de tus posibilidades.

Ya sé, siempre digo que hay que expandir límites, e ir más allá y continuo diciendo lo mismo. Pero también te digo que no persigas quimeras que te conduzcan a la frustración y desilusión.

Disfruta de estos días de Navidad, ante todo de la calidez humana, no te crees expectativas que van más allá de tu realidad. Haz un ejercicio de revitalización y activa tu alegría.

Sé compasivo y date perdón, y que la felicidad te acompañe estos días.

¡Felices días de Navidad!