Cuando dentro de tu cabeza surge este pequeño dialogo:

Creo que para tener éxito en esta vida hay que ser fuerte y saber defenderse. Si tienes pinta de débil todo el mundo me tratará como un felpudo. El mundo no es un lugar fácil.

No se puede depender de los demás, uno tiene que crecer y cuidarse de si mismo.”

Acabas diciéndote:

‘Valgo si soy fuerte y tengo el control de la situación.’

Puedes acabar viendo la vida como una batalla, lo cual te lleva a centrar en exceso tu atención en cuestiones relacionadas con el poder y el control. Acabas endureciendo y ocultas tus debilidades para que nadie se aproveche de ti.

Eres el desafiador, según la metodología de ‘el eneagrama’.

  • Te gusta estar al mando de la situación para no estar subordinado a nada y nadie. Entiendes lo que es la erótica del poder.
  • Duro por fuera, tierno por dentro, pero te ocultas. Te da miedo que te hieran.
  • Dada tu firmeza y rudeza acabas intimidando a los que te rodean.
  • Te conviertes en el protector de las personas que consideras débiles y vulnerables.
  • Tu energía e independencia te permite afrontar grandes retos. Tienes que saber donde están tus límites.
  • Te gusta saborear de la venganza cuando alguien te ataca injustamente. Quien te la hace la paga.
  • Pierdes de vez en cuando tu control, con estallidos de rabia y agresividad. Eres una furia.
  • Cuando enfureces te vuelves frío y calculador, no sientes empatía por la persona que has entrado en conflicto.

 

 

¿Y cómo equilibrar esta personalidad con el eneagrama, y dejar de pensar que ‘la mejor defensa es un ataque?

  • Conecta más con tus sentimientos. Pierde el miedo a que te hieran.
  • Analiza los motivos que te llevaron a protegerte en tu caparazón.
  • Mantén una buena relación con las personas que puedas confiar y habla con ellas de las cosas que te inquietan.
  • Antes de explotar, cuenta hasta 10, o 100, o 1000. No seas tan susceptible.
  • Que tus momentos de ocio no sean una competición más. Diviertete, no machaques al otro.
  • Pregúntate: ¿vale la pena traspasar siempre el límite?
  • Recuerda la culpa es un concepto erróneo. Tu eres el responsable de tu vida y de tus decisiones, no los otros.
  • Práctica el perdón y la compasión para las personas que han sido injustas contigo. No tengas un cementerio aparte.
  • No impidas que los demás tengan gestos amables hacia ti. No te sientas en deuda con ellos.

 Recupera el contacto con tu yo verdadero, sustituye  tus pasiones dominantes, como son la vehemencia, intensidad, lujuria y dominio. Déjate invadir por un poco de inocencia.

Descubre que puedes gozar de tu independencia sin necesidad de luchar agresivamente.