¿Sabes cuánto tiempo te queda? ¡Ojalá, no lo sepas!

¿Te pasa que no llegas a realizar todas tus tareas al final del día?

¿Te da la sensación de que estás fuera de control?

 

 

Entonces, empieza a gestionar tu día, tu tiempo de otro modo:

  1. Actúa como si hoy fuera el último día de tu vida. Identifica lo realmente importante para ti. El tiempo se acaba.
  2. Empieza por cumplir contigo mismo. Mantén los compromisos que te has marcado, es lo primero. Tus sueños tienen prioridad.
  3. proactivo, no actúes respondiendo a modo de reacción, planifica tu tiempo y aprende a decir NO. No conviertas cualquier asunto insignificante en algo urgente. ¿Cómo lo puedes saber? ¿Respondes siempre, inmediatamente, a todas las llamadas que te llegan a tu teléfono? Entonces tú no diriges tu vida.
  4. Continúa con la utilización de  algún método de gestión y organización de tu tiempo. Ejemplos:
    • Lo más sencillo: notas y listas de asuntos pendientes, ya sabes ‘vale más un lápiz corto que una memoria larga’.
    • ¿Y por qué no una agenda? Dependiendo de la complejidad de tu vida profesional y personal, y de tu preferencia puedes utilizar diferentes tipos de agenda. Ahora si, cumple los compromisos que asumas y hayas programado.
    • La gestión de proyectos. En los cuales ya figura unos objetivos, metas a alcanzar, con sus correspondientes tareas, recursos y fechas límites. Esto ya es un plan. Cúmplelo, sino ¿para qué lo has creado?. Vaya pérdida de tiempo.
    • Por si quieres ir más allá, no se trata de gestionar sólo el tiempo. Se trata de que hagas un cambio de paradigma y empieces a diferenciar entre Importante y Urgente.  Empieza con cambios significativos en tu vida.

Importante es todo aquello que está relacionado directamente con la consecución de nuestro objetivo supremo, nuestros objetivos y resultados programados, de acuerdo a nuestra misión.

Urgente es aquello que necesita de una respuesta rápida, de inmediatez. Lo que no podemos es actuar siempre de urgencia, porque ello significa que no hemos planificado y asignado correctamente nuestros tiempos y recursos.

¡Tempus fugit!

Empieza a gestionar tu tiempo por significado y valores de tu vida. Un proceso de coaching te ayudará a conseguirlo.

Y recuerda ¡tu tiempo se acaba! ¡no corras!

 

*Inspirado en Stephen R.Covey