¿Ya te has decidido?

¿Vas a emprender el viaje de tu vida?

¿Va a ser un viaje interior o por el mundo?

Da igual, no te olvides de acompañarte de un buen mapa.  Ah por cierto no te preocupes demasiado, todos tenemos un mapa para poder navegar en el día a día. Ahora bien habrá que abrirlo, revisarlo, conocerlo y si es necesario actualizarlo.

Por lo tanto antes de empezar el camino, pregúntate: ¿Conozco mi mapa mental? Sí, aquellas estructuras cognitivas y emocionales que te permiten manejarte en el día a día ¿Seguro? Ahora bien:

Como dijo Korzybski

‘El mapa no es el territorio’

Un viaje te debe proporcionar sensaciones, experiencias vividas a flor de piel.

 

 

Pasos a seguir para llegar a donde te propones:

  1. Fijar correctamente la estación de destino ¿Dónde quieres llegar? ¿Cuál es el sentido, significado?
  2. ¿En que momento queremos llegar? No siempre todos los tiempos son los correctos. Ni demasiado tarde, pero tampoco demasiado pronto. Disfruta de las etapas intermedias.
  3. Localizar y actualizar ‘tu mapa’. Revisa tus recursos: talentos, dones, fortalezas y cárgalas en tu mochila. Sobre todo cuales son tus valores, serán los que darán matices extraordinarios a tu viaje.
  4. Prepárate, entrena, si es un destino que vale la pena, el camino va a ser largo y duro. Deberás afrontar peligros y penalidades, pero te fortalecerán, te curtirán. Y sobre todo te harán sentir humano.
  5. ¡No le des más vueltas! Seguro que te dejas algo, pero ya te las arreglarás. Toma la decisión y empieza ya.
  6. Ah por cierto, no te olvides. ¡Lo más importante! Disfruta de cada paso, nota el aire, el viento en tu cara, en tu cuerpo. Oye las sonrisas, carcajadas que te vas encontrando por el camino. Y de vez en  cuando para y sacúdete el polvo.

Cuando llegues a tu destino, te habrás fortalecido, te darás cuenta de que los bienes materiales muchas veces son un peso, una carga que nos ancla y no nos permite avanzar, y descubrir nuevos territorios. Y te sentirás feliz, porque la felicidad la habrás vivido, sentido, notado durante todo el camino.

¡Libérate de cargas innecesarias!

¡Vive la vida!

Me olvidaba…¡déjate acompañar!