Cuando llega un momento en tu vida que te das cuenta que has estado dando vueltas sobre la superficie, sin sumergir tu cabeza…

… para ver lo que ocurría realmente en la vida, por falta de valentía,

… tomas aire y sumerges un poco la cara, con miedo, con suspicacia. Pero una vez deslumbrado por el nuevo mundo que hay bajo la superficie y que no ves el final, entras en un proceso alquímico:

Y sumerges toda la cabeza. ¡Qué va!

Te sumerges de cuerpo entero en ese proceso de transformación mágica, alquímica, fantástica. Donde tus sueños y realidad se confunden porque la creencia en tus dones y talentos producen un cambio tan explosivo, que tus sueños se convierten en reales, en palpables. Sí, se pueden tocar saborear, oler, lamer…intuyes que posiblemente en tiempos pasados existieron los unicornios. Sí, pero desaparecieron por la búsqueda desesperada de la felicidad, cuando la felicidad estaba en la transformación del plomo en oro.

En la transformación del tener en ser.

Y ahora unas notas del ¿por qué? De las formas, estructura de mi blog.

  • Fotografía. Como siempre desde tiempos inmemoriales, el poder mágico de una imagen, como en las cuevas de tiempos olvidados. Con las fotografías de mis posts pretendo transmitir la esencia de lo que no puedo expresar con mis palabras.
  • Las palabras, frases  y otros cachivaches lingüísticos en azul, que es lo que me preocupa y creo, posiblemente, ingenuamente que te preocupa, interesa a ti.
  • Y el resto de letras sucesivas en rojo, lo que me sorprende, lo que me hiere, lo que me hace reír.

Y las palabras que no aparecen en azul o rojo, si tienes prisa te las puedes saltar.

 

  • Los videos, como la selección de un buen vino por un sumiller, ¡uff! Da más trabajo que la redacción del post. Pero con su carga narrativa, con su ‘storytelling’ refuerza mis ideas, y te facilita la comprensión de lo que estoy diciendo, y que por poca pericia narrativa se podría quedar sin explicar, sin emocionar…sí, al final mi intención es despertar tus emociones. ¿Lo consigo?, ¿…?

Y por último, gracias por vuestra cercanía…y permitirme asumir retos y riesgos que suponen cualquier cambio.

Sólo desearos ¡Que lleguéis donde habéis señalado! Y que vuestros sueños se cumplan… y a continuar escribiendo para príncipes y princesas.